Nuestra filosofía

Nadie ha pedido existir; sin embargo, no todos tenemos las mismas oportunidades y condiciones favorables de vida. Hay personas, grupos y colectivos que ya comienzan en radical desventaja: ni siquiera son engendrados con amor; otros, no tienen sus necesidades mínimas cubiertas.

Si en el seno de un grupo social procreamos nuevos seres, sería coherente y de sentido común que los progenitores y la sociedad en general, acogiéramos de verdad y globalmente, a estos Nuevos infantes. Esto implicaría darles, a través del cuido, la protección y el amor incondicional, oportunidades de crecimiento y desarrollo, según sus propias capacidades y posibilidades.

El punto V de la Carta de la Paz expresa esto que nuestra Fundación asume:Los seres humanos, por el mero hecho de existir —pudiendo no haber existido—, tenemos una relación fundamental: ser hermanos en la existencia. Si no existiéramos, no podríamos siquiera ser hermanos consanguíneos de nadie. Percibir esta fraternidad primordial en la existencia, nos hará más fácilmente solidarios al abrirnos a la sociedad”.

En el mundo hay recursos para todos; podríamos remediar algunos de los problemas actuales si actuáramos con más solidaridad y distribuyéramos equitativamente los recursos existentes; también si fuéramos capaces de vivir siendo sensibles a los otros, en sus circunstancias y necesidades concretas, y cooperando todos cordialmente para una sociedad más justa e inclusiva.

Esta fundación sin ánimo de lucro desea realizar un esfuerzo de corresponsabilidad social que, a través de acciones de atención, ayuda y superación, contribuya a que personas o colectivos reciban la atención y cuido que precisan para su óptimo crecimiento y desarrollo.

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